Aves de Salinas Uruguay: Pitiayumi en salida a Cerro Blanco

CONOCIENDO EL ENTORNO EN QUE VIVIMOS

Todas las culturas han adorado de una u otra forma a las aves, inmortalizándolos en grabados, pinturas, tallados, danzas o canciones, y artistas de todas las épocas nos han dejado obras inspiradas en sus bellos plumajes y gráciles movimientos.
El vuelo, su característica más distintiva, ha generado en nuestra especie, desde siempre, una fascinación especial, despertando nuestra curiosidad e impulsándonos a crear instrumentos que nos permitan superar las limitaciones del desplazamiento por tierra.
Sin embargo, hemos perdido actualmente buena parte de la capacidad de asombro y regocijo ante estas delicadas criaturas.
En la vorágine de los tiempos que corren, frecuentemente olvidamos el hecho de que a nuestro alrededor viven infinidad de seres vivos que nos afectan sin que seamos conscientes de ello.
Las aves son un caso emblemático…
Sus cantos ingresan a nuestros sentidos todas las mañanas y sus colores matizan el entorno donde vivimos, dando color y movimiento a nuestros jardines, patios, calles.
Ellas viven a nuestro alrededor.
Son más de 150 las especies que viven en la zona y unas 450 en todo el país.
Démonos un tiempo para mejorar nuestras vidas, escuchándolas, observándolas, contemplándolas…

Qué es un bosque?

Un bosque es una comunidad de organismos vivos, dominada por una agrupación de árboles. En Uruguay llamamos bosques a varios ecosistemas, caracterizados por la presencia dominante de árboles, donde además existen otros componentes, algunos de carácter inerte, como las rocas, el agua o el viento y otros vivos o bióticos, como las diversas formas de flora y fauna.
En estas comunidades vegetales, la distribución de las plantas
depende de diversos factores, algunos de los cuales inciden más que otros. Entre los más reconocibles está la temperatura, la radiación solar (luz), el agua, los gases, los nutrientes y el viento, aunque las relaciones biológicas entre los vegetales entre sí y entre éstos y el resto de los seres vivos con los cuales conviven, son tan importantes como los anteriores y también definen la distribución y abundancia de las plantas. Relaciones alimentarias y flujos de energía característicos hacen que no todos los bosques sean iguales en su composición ni sus componentes se relacionen de igual manera.
Esto los hace doblemente únicos.
De esta manera, dichas variaciones determinan la existencia de una diversidad biológica de nivel ecosistémico entre los bosques de una región y a la hora de definir planes de gestión y conservación, debe ser considerado y valorado al igual que los niveles específico y genético.

Bosque Serrano

Considerando que la vegetación es la parte más estable y
fundamental de los biomas, los diferentes tipos de bosques se definen en base a ésta. El bosque serrano crece en laderas de serranías y cerros, con una vegetación baja, achaparrada y espinosa, pero que conforma en algunos sitios un bosque galería bajo en las proximidades a los cursos de agua. Coronillas (Scutia buxifolia), Canelones (Myrsine laetevirens) y Talas (Celtis spinosa) son las especies dominantes, acompañadas por otras de menor porte como la Envira (Daphnopsis racemosa), renuevos de especies mayores y Helechos de diversos géneros en el estrato inferior. También se encuentran numerosas especies de musgos, hepáticas y líquenes conformando la microflora acompañante de estas comunidades particulares. Se trata de un hábitat clave que no soporta la fragmentación y el aislamiento. Muchas de sus especies tienen poblaciones frágiles que se extinguirían al quedar aisladas.

Bañados y lagunas interiores

La Convención Relativa a los Humedales de Importancia
Internacional (especialmente como hábitat de aves acuáticas), define a los humedales como «extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros».
En este sentido, muchos bosques de nuestro país integran paisajes de llanuras bajas inundables que se mezclan gradualmente con bañados interiores y lagunas integrando humedales.

Caraguatales

En zonas bajas se forman bañados muy característicos y valiosos desde el punto de vista ambiental, caracterizados por ceibales (donde la especie dominante es el Ceibo Erythrina crista-galli), caraguatales (donde la especie dominante es el Caraguatá Eryngium pandanifolium) Estos ambientes se entremezclan en algunos sitios, generando ecosistemas de gran complejidad.

En estos ambientes viven algunas especies de importancia

científica, como la Pajonalera de Pico Recto (Limnoctites

rectirostris). Ésta vive casi exclusivamente en asociación con plantas del gènero Eryngium (Caraguatáes) y sus poblaciones están en rápido retroceso numérico debido a la reducción de sus hábitat por el avance de la urbanización, la contaminación del agua y la desecación de bañados y zonas húmedas donde vive. Debido a esto la UICN considera que esta especie tiene requerimientos de hábitat estrechos y es probable que tenga una población moderadamente pequeña y fragmentada que puede estar disminuyendo debido a la pérdida de hábitat. Por lo tanto se considera casi amenazada y la ha ubicado en su lista roja en la categoría” Near Threatened”.

Bosques inundables

Estas zonas de interfase entre los ecosistemas acuáticos y
terrestres se cuentan entre los más diversos, dinámicos y complejos ecosistemas terrestres de nuestro país y poseen características que los diferencian de los sistemas ecológicos linderos en cuanto a sus propiedades físico-químicas, biológicas y los flujos de materia y energía. Por ejemplo, son hábitat típico de los anfibios, grupo de vertebrados que necesita imprescindiblemente del agua para su reproducción.Sin embargo, hasta hace poco tiempo se los consideraba tierras improductivas.
La conservación de los humedales en general y de los bosques
inundables en particular es uno de los desafíos más importantes para el futuro en los planes de ordenamiento territorial y de gestión ambiental, por ser uno de los ecosistemas que más ha reducido su extensión en todo el mundo.

Pastizales y pajonales

Los pastizales son parte de la pradera natural, uno de los

ecosistemas más representativos de Uruguay. Sin embargo,

también es uno de los ambientes que más ha sufrido el impacto de las actividades humanas, fundamentalmente por la sustitución de gramíneas nativas por especies forrajeras de rápido crecimiento. Los pastizales sustentan su propia biodiversidad y muchas especies de aves que viven en este ecosistema sufren entonces una severa pérdida de hábitats.

También los pajonales de Tiririca (Scirpus giganteus) se integran estrechamente a los bosques en muchos sitios y son hábitat de diversas especies de fauna. El Tiotío Ojo Rojo (Phacellodomus ferrugineigula) es una especie típica de estos ambientes y es considerada una de las especies más raras en nuestro país y debe considerarse como una especie en franco retroceso poblacional debido a la reducción de sus hábitat naturales que sufren desecación y quema frecuentes. Esto sumado a lo reducido de sus poblaciones y lo restringido de su área de distribución en Uruguay, lleva a que sea considerada una especie vulnerable.

viernes, 7 de octubre de 2011

Pitiayumi en salida a Cerro Blanco

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